domingo, 12 de abril de 2015

Un amor "de esos"

Y aún después de lo efímero,
me exijo
sobrevivir
a un amor "de esos"
que se llaman "de esos"
porque no sólo es amor,
es "no quererte me mata"
con el que
de tanto querer,
incluso mueres,
un amor "de esos"
sigue queriendo,
aunque tú,
ya no sientas nada.
Por eso te pido que seas para mi,
no siendo de nadie,
ni siquiera mío,
quién me de las mejores tormentas,
quién me haga llover
como medida de seguridad,
quién me haga nevar
cuando las cenizas de fuego fatuos
amenacen con arrastrarme,
sólo,
por no saberme querer.
Siénteme, como si nunca
jamás,
hubieses sido vida
con nadie más,
porque te confieso:
se me han muerto inviernos
pensando en cuantos alientos tendría que dejar pasar
hasta alcanzarte,
imaginándote,
a tí,
con un susurro fresco en la mirada,
la sonrisa entrecortada
de quién se muere
por hacerme sentir que no existe lugar en el mundo
más seguro para mi
que el abrigo que me envuelve
después de trasnochar entre tus brazos.
Porque en esta realidad,
donde la nieve hace trasbordo con las flores,
me darías todas
y cada una de tus noches en vela,
a pesar de que tengas complejo de capitán pirata,
corsario de corazones solitarios,
que prefieres robar besos usados
a permitirte lo prohibido,
lo dañino,
lo colosal,
lo extraordinario.
Te pido:
sé maniático,
ten la manía de no dejarme marchar,
arréglame todos los muros
después de querer odiarte,
de odiarte sin querer,
de confesarte que te odio,
sólo,
porque no evito quererte.
Sé quién me rompa el fracaso,
quién me reconstruya con determinación
como si fuese tuya,
como si te consumiera.
Sé quién acorte kilómetros entre
mis deseos
y tus ganas de hacerlos realidad,
quién destruya mis mejores obras,
quién no me de nunca la razón
sólo para buscar la sonrisa
que se esconde
detrás de mi fachada,
y dámela,
después,
para grabarte mi risa
con la velocidad a la que avanza
mi voz en tus recuerdos.
Sé los pedazos, con quien,
cada día,
bailar,
jugando a ser la regla que derriba mi excepción,
la excepción que construye mi regla.
Se todo lo que necesito,
aunque yo,
nunca lo sepa,
aunque yo,
nunca te tenga.
Y te pido,
me pido,
como deseo,
que seas el pianista que se coló
a medianoche,
a tocarme el piano,
y tócame la risa,
con mis vértebras,
con cada tecla,
y desmídete,
con freno,
sin advertencia,
con impaciencia,
quiéreme,
con un amor "de esos"
de los que no matan.

3 comentarios:

  1. Me encanta. Quizá por el simple motivo de que nosotras siempre tendemos a hablar de un amor "de esos", porque hemos tenido mil conversaciones sobre como son, y como nos lo imaginamos. Porque lo hemos sentido también, aunque en el final se acabara torciendo y se convirtiese en uno "de los otros".
    No sé Cold, creo que lo describes tan bien con tus palabras, todo lo que quieres y siempre has querido, que cualquiera que te leyese podría quedarse a vivir entre tus letras para siempre. Quizá es eso lo que haga falta, alguien que te lea y entienda lo que quieres, como si se colase en tus pensamientos.

    Me gusta, porque aunque siga siendo para él, es lo que quieres encontrar algún día. Y lo mejor de eso, es que probablemente no encontrarás un corsario pirata, ni un corazón solitario. Encontrarás a alguien que por bandera lleve tu nombre, y que todo puerto en el que quiera anclar seas tú.
    Y sobre todo me gusta, porque si me lo imagino con tu voz (de esa de la que ayer nos reímos), todo cobra más sentido, y es aún mucho más bonito de lo que ya es por sí mismo.

    Sigue escribiendo Cold, siempre. Para que pueda seguir leyendo de línea a línea, sin perderme. Para que todo tenga más sentido, y la vida de alguna manera sea mejor. Desde tus letras.
    Menos mal que tú sigues aquí, como siempre.
    Te quiero mucho Cold, ya lo sabes :)

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  2. Que bella tu intensidad, tus ganas de comerte el mundo mientras lo sientes. Gracias de verdad por compartir tanto sentimiento puro, verdadero y sincero convertido en letra, leerte es todo un gusto

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  3. ¿Podremos algún día tener un amor "de esos" o siempre quedarán en suspiros?

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