Como un mal sueño

Ya ni me acordaba de cómo sonreías hasta que hice todo lo posible para recordarlo. Pero sin querer. Lo difícil es eso, que lo hice sin querer, sin pretenderlo. Pero lo deseaba, y en el fondo sabía que si aparecía de nuevo por mis sueños no lo iba a echar, no sería capaz de volver a dejarlo marchar. Me quedaría con la imagen perfecta e inútil de quien recuerda muchas veces algo para no olvidarlo, que al final, terminas recordándolo a tu manera, queriendo que sea solo como tú deseas que sea.

Aun soy capaz de hacerme daño, deseando ese tipo de cosas que sólo desea la gente a la que le faltan partes de sí misma. Yo aún creía que no necesitaba sentir todas las partes de mí misma para sentirme completa. Comprendí que a veces es complicado creerse las palabras de uno mismo, a veces no vale con hacerse a la idea de que ya no me importas. Ojalá no me importaras. Nada, nada en absoluto.

Te cumplí  a medias, y ahí está el problema de todo lo que pasa. Que solo supe cumplirte a medias, sólo una pequeña parte de mi supo cumplirte. Y eso nunca fue suficiente para mí. Te dejé marchar sin que tú siquiera te dieras cuenta de que lo estaba haciendo, y ahora realmente parecía que dejarte marchar sólo para que volvieras sea la mejor opción. La única opción.

No estoy segura de que quiera que vuelvas. No se sí querría soportarlo de nuevo