lunes, 31 de diciembre de 2012

El frío, las tragedias y el pánico me traen todo aquello que di por perdido




Frío. No ese frío que te hiela las manos y te congela la memoria, sino ese frío que te abrasa lentamente como si su único propósito estuviese conspirando con el punto exacto en el que tus fuerzas piden un respiro. Ese respiro que nos pedimos todos alguna vez cuando ya hemos perdido tanto que tampoco vamos a estar dispuestos a ganar algo que quizá se vaya tan pronto como vino.  Somos como esa flecha que atraviesa todos los momentos por los que dimos algo de nosotros, una pequeña parte que nunca regresará y que echamos de menos constantemente, esa porción de nosotros mismos que nos ayuda a decir quiénes somos cuando nadie más puede hacerlo.

Nadie diría que has pasado una tragedia o una historia para no olvidar. Eso solo pasa cuando lo arriesgas todo pensando que te quedarás completamente solo si no lo haces. Como si fuera la última batalla que estás dispuesta a librar por una vida de la que aún no conoces la mitad. Como si estuvieses predestinada a sentir la tristeza de otros porque la tuya es demasiado grande para soportarla todos los días, como si el punto más brillante se encontrase en las historias que más te hicieron sufrir. Las mejores historias son aquellas que sólo estamos dispuestas a contar sin contarlas del todo.

La calma me da pánico. Un pánico que ya he sentido en más de una ocasión y que amenaza con decir hasta que punto no está dispuesto a dejarme respirar. Son tan sólo aquellos espacios de tiempo en los que puedes perder la razón aconteciendo un recuerdo que te dejó de pertenecer cuando decidiste olvidarlo.
No quiero ser ese pedazo de recuerdo que olvido cada vez que consigo echar una mirada hacia atrás. Como si lo de delante no fuese demasiado difícil.
Aun creo que el frío, las tragedias y el pánico me traen todo aquello que di por perdido.

1 comentario:

  1. Tú eres mucho más que un recuerdo olvidado. Aún consigo ver todos los que te forman, rodeandote, protegiendote de unos nuevos que aunque probablemente nunca pasen, temes.
    Podría describirte utilizando solo el frío, todas las historias trágicas que has vivido y el pánico que te produce pensar las que aún puedan quedarte por vivir...
    Tengo la suerte de haber podido escuchar tus historias.. Al principio timidamente, con pequeños retazos... Y más tarde, palabra por palabra.. De conocer todo lo qe te forma y con ello, poder entender todas las partes de tí.. Las que siempre han sido tuyas y las que se han pegado a tí sin poder despegarlas.
    Sé que la calma anteriormente ha significado un presagio de algo malo... pero no tiene porqué volver a significar lo mismo. Esta vez puedes controlarla tú mi pequeña Cold.

    Me gusta que aún te quede valentía, verte luchar aunque sea minimamente por aquello que siempre has querido de alguna forma tener, sea la forma que sea :)

    Te quiero mucho mi pequeña Cold,
    fue una graaaaan idea lo de los blog :) leernos es de lo mejor que siempre hemos sabido hacer.

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